jueves, 7 de marzo de 2013

La historia de Wuayra, Yaku y Nina


Pi, Pio y Pia


Octavio el Sabio


La Gata Agatha



Con fuerza y tesón el campanario sonó.
Ding Dong, ding dong!, las doce nos dió;
Ding, Dong, ding dong!,  La media noche llegó.

Agatha con mucha soltura y elocuencia, recitaba sus poemas a la luna:

Soy blanca y hermosa como tú,
Cual copo de nieve entre este verdor,
La noche nos cubre con obscuridad,
Mas nunca perdemos grandiosidad;
Yo ágil y bella, tú grande y hermosa,
Pero no es signo de debilidad,
Pues con garras defiendo mi fragilidad.
Mi belleza, un arma fatal;
Lo mio no es la debilidad,
Porque las rosas hermosas,
También son peligrosas.

La luna al oír a la soberbia gatita, 
sonriente y tranquila palabras soltó:
Oh! blanca gatita de mechones naranjas, 
la humildad; es virtud que pocos alcanzan.

Ding dong, Ding dong, suena el reloj,
Ding dong, Ding dong, una hora pasó.

Afinando la voz, nuevamente cantó:

Silenciosa como tú, me deslizo entre la noche,
A la espera de un incauto que me sirva de banquete;
Pues nunca he fallado en mi ataque inminente.

Ding dong, Ding dong, suena el reloj,
Ding dong, Ding dong, una hora pasó.

La luna nuevamente sonrió y con gran suspiro tranquilamente exclamo:
Oh! Blanca gatita de mechones naranjas;
recuerda que siempre alguien habrá, 
que sin mucha energía una lección te dará.

Ding dong, Ding dong, suena el reloj;
Ding dong, Ding dong, una hora pasó.

Volando y cantando una polilla apareció, 
y en un dúo imprevisto con Agatha entabló:
Polilla nocturna que vienes aquí, 
sin mucho esfuerzo serás para mí.
Sin duda no quiero morir aquí, 
y a una soberbia no quiero servir.

La torpe polilla sin querer esquivo, 
zarpazos enviados que la gata lanzó.
Revoloteando imprecisa eludía  las garras 
de quien con ansia y fatiga buscaba comida.

Ding dong, Ding dong, suena el reloj;
Ding dong, Ding dong, una hora pasó..

La gata cansada por vencida se dio, 
su ataque infalible jamás funcionó.
 La torpe polilla sin querer escapo
y una lección a la gata dio.